Guadalupe Hernandez

Guadalupe Benitez Fonseca10 de febrero de 1940 – 10 de enero de 2025Con profundo amor y gratitud, despedimos a Guadalupe Benítez Fonseca, cariñosamente conocida como Lupe, quien partió el 10 de enero de 2025. Nació el 10 de febrero de 1940 en La Bayona, Acaponeta, Nayarit, y a lo largo de su vida iluminó el camino de su familia con su amor incondicional y su inmensa bondad.Lupe fue el corazón de su hogar, una luz como madre de casa, siempre entregada al bienestar de los suyos. Con dedicación y esfuerzo, trabajaba en su casa en el rancho del Cantón, donde construyó un refugio lleno de amor, enseñanzas y valores. Su calidez y su espíritu generoso siempre estuvieron presentes, brindando apoyo y consejo a quienes la rodeaban.Su hogar en el Cantón fue un punto de reunión para su familia, donde hijos, nietos y seres queridos siempre se juntaban para compartir momentos de alegría y unión. En su casa se vivieron incontables risas, largas charlas y recuerdos que ahora serán un tesoro para quienes la amaron.Profundamente creyente de la Virgen de Guadalupe, su fe la acompañó en cada paso de su vida, guiándola con esperanza y fortaleza. Su devoción fue un ejemplo de amor y confianza en Dios, inspirando a quienes la conocieron.Aunque muchos la veían como una persona seria por ser callada, quienes la conocían de verdad sabían que tenía un gran sentido del humor. Disfrutaba hacer chistes con sus seres queridos más cercanos, contar historias y compartir largas pláticas llenas de sabiduría y cariño. Siempre encontraba la manera de hacernos reír, llenando cada momento con su alegría y espontaneidad.Lupe siempre estuvo rodeada de amor. Su familia, amigos y todos los que tuvieron el privilegio de conocerla le brindaron el mismo cariño y dedicación que ella dio a los demás. Su partida deja un gran vacío, pero sabemos que su amor sigue con nosotros. Nunca dejará de cuidarnos, como siempre lo hizo en vida. Sus creencias, sus costumbres y los momentos compartidos serán un refugio en los días de nostalgia, recordándonos la persona única que fue. Agradecemos cada risa, cada regaño, cada palabra de aliento y todo el amor que nos dio.Descansa en paz, querida Lupe. Ahora estarás unida nuevamente con tu amado esposo, y tu luz seguirá brillando en quienes tuvimos la dicha de conocerte y amarte.